Se define Fraternidad como la unión y buena relación recíproca entre hermanos o entre los que se tratan como tales.
En las sociedades iniciáticas, se habla mucho de Fraternidad, y quizas deberíamos hacer un poco de examen autocritico y aprender a hacer uso de ella cuando realmente el sentimiento de verdadera Hermandad, sea el sentimiento verdadero, el que lo rige, y no la costumbre o las formas asumidas, porque si observamos lo que vemos, la pregunta que surge es ¿dónde está la Fraternidad?, así sucede tristemente que, esto se convierte en la causa de desilusión y de pérdida de confianza sobre la veracidad de este ideal entre muchos de sus miembros.
No existe la verdadera Fraternidad, sino hay respeto hacia los hermanos, empezando por uno mismo y haciéndolo extensible a toda la Humanidad.
La Fraternidad es una verdadera manifestación de Amor, y el Amor se dá, no se exige, no se impone, no valen los intereses partidistas, aunque se justifiquen que es por el bien común, no es verdad. Ser fraterno no es utilizar al hermano, como si de titere se tratara.
Todos tenemos dones y carencias y nadie es más que nadie en el Camino del Conocimiento, todos somos compañeros de Camino, aprendices eternos que caminamos juntos por un sendero elegido libremente, que debemos ayudarnos en este peregrinar, pero nunca mediante el engaño o la utilización de los sanos sentimientos, no eso no es Fraternidad, eso se podría definir de otras maneras profanas.
La Fraternidad se siente y es un acto interior de cada uno, que se refleja en el exterior mediante nuestras acciones y nuestros actos, no mediante palabras huecas.
Que cada cual, a su manera, y según sus posibilidades, vaya haciendo su Camino, en su búsqueda espiritual, que poco a poco vaya superando su egoísmo y su ignorancia, reconociendo su verdadera naturaleza, manifestación del Espíritu Divino que vive en todos los seres, reconociendo así sus deberes consigo mismo y con sus semejantes. Este es el camino por medio del cual debemos empezar a aprender a vivir la Fraternidad.
La verdadera Fraternidad es un lazo indestructible que nos une con nuestros semejantes, sin implicar ninguna condición y libre de prejuicios.
El lema de la Revolución Francesa, era Libertad, Igualdad y Fraternidad, y no se puede hablar de Igualdad si no se es fraterno y no se puede hablar de Libertad sin Fraternidad.
Fraternidad es aprender sobre nuestra propia naturaleza, conocernos a nosotros mismos, a través del conocimiento de nuestros semejantes.
Fraternidad es dominar nuestra palabra y evitar la intriga y la calumnia; porque la intriga y la calumnia no son amor fraternal sino odio y desconfianza.
Fraternidad es dar, sin esperar recibir nada a cambio.
El Amor Fraterno implica reconocer la individualidad de cada uno, somos personas únicas e irrepetibles pero iguales en dignidad y derechos; iguales ante Dios. No podemos construir Fraternidad a partir del individualismo.
Ser fraternales nos exige renunciar al egocentrismo, y así lo manifiestó el Papa Francisco en la Jornada Mundial por la Paz: "Un auténtico espíritu de Fraternidad vence el egoísmo individual que impide que las personas puedan vivir en libertad y armonía entre sí".
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