Para vivir verdaderamente es necesario renacer, para renacer es imprescindible "morir" y para "morir" es imprescindible DESPERTAR". G.I. Gurdjieff

martes, 30 de marzo de 2010

SE FIEL A TI MISMA


Llegamos a un momento histórico en el cual ya no podemos, bajo ningún pretexto, negar nuestro inmenso potencial transformador. Afuera nos esperan centenares de problemas, dentro de cada una de nosotras, laten miles de soluciones. Somos parte activa y creativa de este tiempo, cada día es una puerta que se abre, invitándonos a subir a una nueva montaña; el placer está precisamente en disfrutar de todo el trayecto, evitando atajos y negándonos a postergar placeres; es fácil pensar que el futuro será mejor, empero, el futuro no existe ni existirá jamás; de manera que vivamos plenamente el presente y disfrutemos de todo el trayecto, pues la meta no está al final del camino, sino en cada paso que damos.

Sé fiel a tí misma, ello supone respeto hacia ti; esa es la única manera de lograr que los demás nos respeten; basta ya de cerrar los ojos y negarnos a ver una realidad que es como es, empero, ahora sabemos que nuestra felicidad depende de nosotras mismas; que fluye desde dentro y que podemos ser felices en cualquier parte y a toda edad. Es verdad que en esta sociedad se hace culto a la juventud; es una buena manera de abrir mercado y convertirnos, a todas las mujeres, en asiduas consumidoras de basura bien envasada, a la cual se le atribuyen falaces propiedades rejuvenecedoras, como si envejecer no fuera natural e igualmente placentero como cualquier otra etapa de la vida.
¿Podemos acaso olvidar que estamos de paso por la Tierra?…obviamente no se trata de asustarnos al recordar nuestra mortalidad corporal, sino espabilarnos y organizar cada vez mejor nuestro tiempo para absorber cada momento de nuestra vida, con la pasión con que se vive algo que se tiene sólo por una vez. Envejecer es natural, al igual que la menopausia; no nos dejemos manipular por la publicidad que nos quiere reducir a simple desperdicio humano, cuando ya no somos jóvenes y ello hace falta enseñar a nuestras hijas y nietas desde pequeñas, la vida es maravillosa en todas sus etapas y nunca es demasiado tarde para empezar algo de nuevo.
Estamos infectadas de mala información; es menester reconocerlo, empero, lo que se aprendió puede desaprenderse; quizá el primer paso sea confiar en nosotras, en nuestra capacidad transformadora; siempre es posible cambiar y ser mejor; siempre es posible volver a enamorarnos de la vida, despertarnos, comenzar a fluir y disfrutar, incluso, de las malas noticias y tiempos adversos, porque todo nos está enseñando algo y tenemos que ser agradecidas.
Este tiempo marca el advenimiento de una nueva mujer, ya no hace falta la mujer sumisa y miedosa, incapaz de decidir por ella misma; ya no se necesitan mujeres que no saben lo que quieren o que se resignan a cumplir un papel intrascendente en su vida, que se limitan a ser mamás, hasta cuando un día, los hijos se marchan de casa; entonces, queda evidente el sinsentido y la frustración que no figuraba en ninguna estadística; no es sólo la menopausia corporal lo que nos incomoda a determinada edad, sino el vacío existencial; el haber cedido siempre; el haber sido buena, como recomienda el sistema; es decir, sacrificando nuestros mejores sueños y reprimiendo lo que sentimos; es probable que de nada sirva ser buena, si no actuamos con inteligencia y valor.
Todo ha cambiado, el mundo que conociste cuando eras niña, ya no existe; ello supone la necesidad de prepararse para habitar otro tiempo; es decir, dotarse de una nueva mentalidad, lo que a su vez significa prepararse, capacitarse, saber que a veces es necesario romper con lo convencional y empezar a manejar las riendas de nuestra vida con mano propia; es bueno renunciar, muchas veces, pero en otras es sólo indicio de estupidez creciente.
La mujer de ahora necesita tiempo para reflexionar, para meditar, para observarse y ver todo lo que está ocurriendo a su alrededor; obviamente no es necesario culparse ni juzgar a los demás, sólo observar y aprender, sólo crecer y disfrutar; habrá quienes no entiendan que nuestro despertar es parte del camino; no necesitamos que todo el mundo nos apoye; es más, precisamos gente cercana que nos critique y dé la espalda; de esa manera nos trabajaremos la flexibilidad, el humor y la fortaleza; en verdad somos fuertes; en muchas cosas somos más fuertes que el hombre, pero nos enseñaron a hacer el papel de débiles; sin duda, es más fácil manipular a una mujer asustada.
Hay mujeres que intentan contentar a todo el mundo; es posible que lo consigan, fugazmente, al costo de haberse desagradado a sí mismas; hay mujeres que sufren cuando se informan que alguien está hablando mal de ellas, ¡pero si eso es perfecto! Precisamente lo que necesitamos para fortalecernos rápido es gente que nos moleste; además no debemos olvidar que cada persona emite lo que le permite el estado de consciencia en que se encuentra; no podemos esperar que la gente; que aún está dormida, se comporte como si ya hubiera despertado; aceptemos que el mundo está como está y que no necesitamos que hablen bien de nosotras para sentirnos felices; por ello es bueno amarse y estar enamoradas de la vida en su versión plena.
Recuerda que si tienes baja autoestima, serás más manipulable; recuerda también que tu felicidad nace de adentro, que no podemos, no debemos depender de las circunstancias, porque éstas son cambiantes, y no podemos permitirnos semejante fluctuación; podemos, a veces, tener fluctuaciones, incluso alguna eventual contradicción; sin embargo, tiene que haber en el fondo un contexto de coherencia, pues de esa manera seremos más poderosas.
Imperceptiblemente el cambio se apoderó del planeta; es un tiempo esencialmente femenino, pero podemos elegir si queremos ser parte de la vieja humanidad, con mujeres resignadas, quejosas, infelices, frustradas, miedosas y dependientes, o ser parte de la nueva humanidad, con mujeres que comprenden su naturaleza y la aceptan y ponen de pie su alma y aceptan correr el riesgo de vivir creciendo, es decir, siendo ellas mismas, aceptando también el desafío de vivir plenamente en tiempos turbulentos como los actuales.
Está surgiendo, sin duda, una nueva mujer, fuerte y femenina, valiente y sensual, sensible e inteligente, atrevida y creativa, amorosa y solidaria, capaz de estar a la altura de las circunstancias, donde el primer requisito es: SER FIEL A TÍ MISMA.
Durante mucho tiempo, la mujer, en especial la mujer occidental, quedó amordazada por una educación que la entrenaba para sufrir y complicarse, mientras desempeñaba roles de secundaria importancia, espacios en los cuales era imposible realizarse, ni siquiera en muchos de ellos sentir placer; durante mucho tiempo la mujer se adhirió al proyecto masculino, aceptando ser un zombie de segunda categoría; el libreto estaba perfecto, tenía que estar hermosa, pero sólo por fuera, pues la inteligencia podría ser una interferencia; tenía que tener la casa limpia y la comida lista, no contradecir al esposo y limitarse a cuidar a los niños, renunciar a cualquier sueño personal, incluso a expresar sus ideas, también era recomendado prestar su cuerpo para el disfrute del otro, aparentar sentir placer y nunca decir no; reprimirse siempre fue indicio de buena educación, lo importante era aparentar que se estaba bien, en especial cuando venían los invitados o se acompañaba al esposo a un acto social. Con el tiempo, aparecían tumores en los senos y quistes en los ovarios; la frigidez pasaba a ser natural y, en él, muchas veces la eyaculación precoz también; mas nadie hablaba del tema ni lo relacionaba con el estilo de vida; el quirófano y los fármacos resolvían momentáneamente el problema, que más temprano que tarde volvía a presentarse, pues la causa estaba intacta; INCLUSO LA MUERTE PREMATURA DE ELLA, NO SE ASOCIABA con nada que ella hubiera vivido en su vida, como si el cáncer fuera el destino de cada vez más mujeres y el vivir una mentira fuera el estilo de vida normal.
Más no todo está perdido, en especial cuando la mujer está dispuesta a hacerse cargo de su vida; tengo la impresión de que muchas mujeres han PASADO TODA SU VIDA PREPARÁNDOSE PARA VIVIR Y AUN NO SE HAN ATREVIDO A HACERLO.
A veces, hace falta romper las reglas de lo convencional y ser pioneras, pues si no hay una puerta de salida en la situación en que nos encontramos, rompamos la pared y sigamos adelante; recuerda que todo el Universo apoya a la mujer que está dispuesta a volar.
Recuerda, no es suficiente ser buena; hace falta también actuar con inteligencia, con creatividad, con valor, es más, si ser buena supone ser reprimida y dejar de ser tú misma, deja de ser buena y comienza a vivir.
¿Sabés lo que quieres?
¿Tienes un plan de vida que te permita saber cuál es tu norte, en especial cuándo el mar se torna turbulento?
¿Cómo quieres estar el próximo año?
¿Sabes lo que tienes que hacer para triunfar?
¿Conoces tus puntos fuertes?
En el fondo, la vida sigue siendo hermosa, pase lo que pase; pero, hace falta estar despiertas y ser conscientes de lo que estamos haciendo con nuestra vida; hacia dónde se encamina, no es casual tanta toxicomanía, tanta depresión, tanto suicidio, tanto cáncer, tanta violencia, tanto consumismo; quizá la solución a todo este caos esté más cerca, al alcance de nuestras manos, desde el momento en que reconocemos que fuimos educadas para el miedo, pero que lo que se aprende puede también desaprenderse y cambiarse todo programa inadecuado.
Motivadas, además, por la certidumbre de saber que, si nos superamos, todos salen ganando.
Ha llegado el tiempo para derribar todas las barreras que un día aprisionaron el alma de la mujer; tú puedes ser mucho más de lo que te dijeron y, si varias mujeres se unen para apoyarse mutuamente, pueden conseguir lo imposible; quizá todo sea solo cuestión de ponerse las pilas y dejar que la mosca se convierta en luciérnaga.
Hace falta ser autocríticas, pero no llegar a sentirse culpables ni albergar resentimiento; el pasado es inmodificable, mas resulta útil para extraer de él valiosas enseñanzas; extraído el mensaje, haz lo mismo que hace la abeja, luego de extraer el néctar de la flor: la abandona definitivamente, porque sólo se puede vivir el presente.
Estemos siempre atentas, no debemos olvidar, en ningún momento, que el cerebro predilecto para lavar es el de la mujer; desde la televisión se nos sugiere un rol; en el estilo de vida moderno podemos quedarnos en casa a cuidar los niños o vivir para trabajar y, ambas formas parecen ser caras de la misma moneda; no se trata de ser malas madres; al contrario, no hay mejor herencia que podamos dejar a nuestros hijos, que el recuerdo de una madre feliz y realizada.
Si tienes hijos, maravilloso; si no tienes hijos, ¡genial!; todo está bien, a quienes no quieren o no pueden tener hijos, el universo les proveerá hijos e hijas para ejercer esa maravillosa energía maternal que toda mujer posee; existen algunas mujeres que no vinieron a la Tierra para tener hijos, porque la misión que traen las precisa disponibles, a tiempo completo, para lo que vinieron a realizar y no es bueno dejar sin hacer, lo que vinimos a realizar al mundo, pues ello da sentido a nuestra vida.
La mujer de este tiempo tiene la misión de transformar el planeta y conducirlo hasta alcanzar la cima de una nueva humanidad, y ello requiere de una preparación adecuada para tan importante labor, quizá todo comience negándonos a aceptar el miedo y comenzar a amarnos sin restricción, tratarnos como a la persona que más amamos, cuidar nuestro cuerpo, vigilar nuestra alimentación, evitar el sedentarismo que apadrina numerosas enfermedades y vivir nuestra sexualidad con la naturalidad con la que debe abordarse este tema, en un contexto de amor y reverencia; quizá todo comience con la decisión de: JAMÁS DARTE POR VENCIDA !!!
Del libro: Klan de Venus de Chamalú

domingo, 21 de marzo de 2010

El viejo Samurai


Había una vez en el antiguo Japón, un viejo samurai , ya retirado que se dedicaba a enseñar el arte de la meditación a sus jóvenes alumnos. A pesar de su avanzada edad, corría la leyenda que todavía era capaz de derrotar a cualquier adversario. Cierto día apareció por allí un guerrero con fama de ser el mejor en su género. Era conocido por su total falta de escrúpulos y por ser un especialista en la técnica de la provocación. Este guerrero esperaba que su adversario hiciera el primer movimiento y después con una inteligencia privilegiada para captar los errores del contrario atacaba con una velocidad fulminante. Nunca había perdido un combate. Sabiendo de la fama del viejo samurai, estaba allí para derrotarlo y así aumentar su fama de invencible. El viejo aceptó el reto y se vieron en la plaza pública con todos los alumnos y gentes del lugar. El joven empezó a insultar al viejo maestro. Le escupió, tiró piedras en su dirección, le ofendió con todo tipo de desprecios a él, sus familiares y antepasados. Durante varias horas hizo todo para provocarlo, pero el viejo maestro permaneció impasible. Al final de la tarde, exhausto y humillado, el joven guerrero se retiró. Los discípulos corrieron hacia su maestro y le preguntaron cómo había soportado tanta indignidad de manera cobarde sin sacar su espada, asumiendo el riesgo de ser vencido. -Si alguien te hace un regalo y tu no lo aceptas, ¿a quién pertenece ese regalo? -preguntó el samurai. -A quién intentó entregarlo -respondió un discípulo. -Pues lo mismo vale para la rabia, la ira, los insultos y la envidia -dijo el maestro-, cuando no son aceptados continúan perteneciendo a quien los cargaba consigo. - Cuento Sufi-.

miércoles, 3 de marzo de 2010

EVANGELIO DE MARIA MAGDALENA


EVANGELIO DE MARÍA MAGDALENA
(Fragmento griego)
«... lo restante del camino, de la medida justa, del tiempo, del siglo, descanso en silencio». Dicho que hubo esto, María calló, como si el Salvador le hubiera hablado (solamente) hasta aquí. Entonces dice Andrés: «Hermanos, qué os parece de lo dicho? Porque yo, de mi parte, no creo que haya hablado esto el Salvador, pues parecía no estar de acuerdo con su pensamiento». Pedro dice: «¿Pero es que, preguntado el Señor por estas cuestiones, iba a hablar a una mujer ocultamente y en secreto para que todos (la) escucháramos? ¿Acaso iba a querer presentarla como más digna que nosotros?»
[Laguna]
...del Salvador?». Leví dice a Pedro: «Siempre tienes la cólera a tu lado, y ahora mismo discutes con la mujer enfrentándote con ella. Si el Salvador la ha juzgado digna, ¿quién eres tú para despreciarla? De todas maneras, Él, al verla, la ha amado sin duda. Avergoncémonos más bien, y, revestidos del hombre perfecto, cumplamos aquello que nos fue mandado. Prediquemos el evangelio sin restringir ni legislar, (sino) como dijo el Salvador». Terminado que hubo Leví estas palabras, se marchó y se puso a predicar el evangelio según María.

Fuente: Los Evangelios Apócrifos, por Aurelio De Santos Otero
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EVANGELIO DE MARÍA
(Fragmento copto berolinense)
[Faltan las páginas 1-6].
PALABRAS DE JESÚS
La materia y el mundo
7 [...] entonces, ¿será destruida o no la materia? El Salvador dijo: «Todas las naturalezas, todas las producciones y todas las criaturas se hallan implicadas entre sí, y se disolverán otra vez en su propia raíz, pues la naturaleza de la materia se disuelve en lo que pertenece únicamente a su naturaleza. Quién tenga oídos para escuchar, que escuche.
La materia y el pecado
Pedro le dijo: «Puesto que nos lo has explicado todo, explícanos también esto: ¿cuál es el pecado del mundo?». El Salvador dijo: «No hay pecado, sin embargo vosotros cometéis pecado cuando practicáis las obras de la naturaleza del adulterio denominada «pecado». Por esto el bien vino entre vosotros, hacia lo que es propio de toda naturaleza, para restaurarla en su raíz».
Prosiguió todavía y dijo: «Por esto enfermáis y morís, puesto que 8 [practicáis lo que os extravía. Que quien pueda comprender] comprenda. [La materia engendró] una pasión carente de la semejanza, puesto que procedió de un acto contra natura. Entonces se produce un trastorno en todo el cuerpo. Por esto os dije: Estad en armonía (con la naturaleza), y si no estáis en armonía, sí que estáis en armonía ante las diversas semejanzas de la naturaleza. Quien tenga oídos para escuchar, que escuche».
Últimos preceptos
Después de decir todo esto, el Bienaventurado se despidió de todos ellos diciendo: «La paz sea con vosotros, que mi paz surja entre vosotros. Vigilad para que nadie os extravíe diciendo: «Helo aquí, belo aquí», pues el hijo del hombre está dentro de vosotros; seguidlo. Los que lo busquen lo hallarán. Id y proclamad el evangelio del reino. No 9 impongáis más preceptos que los que yo he establecido para vosotros, y no deis ninguna ley, como el legislador, para que no seáis atenazados por ella».
Dicho esto, partió.
INTERMEDIO
Ellos, sin embargo, estaban entristecidos y lloraban amargamente diciendo: «¿Cómo iremos hacia los gentiles y predicaremos el evangelio del reino del hijo del hombre? Si no han tenido con él ninguna consideración, ¿cómo la tendrán con nosotros?».
Entonces Mariam se levantó, los saludó a todos y dijo a sus hermanos: «No lloréis y no os entristezcáis; no vaciléis más, pues su gracia descenderá sobre todos vosotros y os protegerá. Antes bien, alabemos su grandeza, pues nos ha preparado y nos ha hecho hombres». Dicho esto, Mariam convirtió sus corazones al bien y comenzaron a comentar las palabras del [Salvador].
10 Pedro dijo: «Mariam, hermana, nosotros sabemos que el Salvador te apreciaba más que a las demás mujeres. Danos cuenta de las palabras del Salvador que recuerdes, que tú conoces y nosotros no, que nosotros no hemos escuchado». Mariam respondió diciendo: «Lo que está escondido para vosotros os lo anunciare». Entonces comenzó el siguiente relato:
PALABRAS DE MARÍA MAGDALENA
Visión de María
«Yo —dijo— vi al Señor en una visión y le dije: «Señor, hoy te he visto en una visión». Él respondió y me dijo: «Bienaventurada eres, pues no te has turbado al Verme, pues allí donde está el Intelecto, allí está el tesoro». Yo le dije: «Señor, ahora, el que ve la visión ¿la ve en alma o en espíritu?». El Salvador respondió y dijo: «No la ve ni en alma ni en espíritu, sino que es el Intelecto que se halla en medio de ellos el que ve la visión, y él es el que [...]».
[Laguna: faltan las páginas 11-14].
La ascensión del alma
15 [...] a él, y la Concupiscencia dijo: «No te he visto bajar y ahora te veo subir. ¿Por qué mientes, si me perteneces?». El alma respondió diciendo: «Yo te he visto, pero tú no me has visto ni me has reconocido. Por la vestimenta, que era tuya, y no me reconociste». Una vez dicho esto, (el alma) se apartó con gran alegría y seguidamente cayó en manos de la tercera potestad, la llamada Ignorancia. Esta interrogó al alma diciendo: «¿A dónde vas? En maldad estás atenazada; puesto que estás dominada, no juzgues». El alma dijo: «¿Por qué me juzgas tú a mí, si yo no te he juzgado? Yo he sido dominada, pero no he dominado. No he sido reconocida, pero be sabido que el universo está siendo disuelto, tanto en las cosas terrenales 16 como en las cosas celestiales».
Una vez el alma hubo sobrepasado la tercera potestad, continuó ascendiendo y divisó la cuarta potestad, la de siete formas. La primera forma es la tiniebla; la segunda, la concupiscencia; la tercera, la ignorancia; la cuarta, la envidia de muerte; la quinta, el reino de la carne; la sexta, la loca inteligencia de la carne; la séptima, la sabiduría irascible. Estas son las siete potestades de la ira, las cuales preguntan al alma: «¿De dónde vienes, homicida? ¿A dónde vas, dueña del espacio?». El alma respondió diciendo: «Lo que me ata ha sido matado y lo que me atenaza ha sido aniquilado, y mi concupiscencia se ha disipado y mi ignorancia ha perecido. A un mundo he sido precipitada 17 desde un mundo, y a una imagen desde una imagen celestial. La ligadura del olvido dura un instante. En adelante alcanzaré el reposo del tiempo (kairós), del tiempo (chrónos), (el reposo) de la eternidad, en silencio».
EPÍLOGO
María Magdalena reveladora de Jesús
Después de decir todo esto, Mariam permaneció en silencio, dado que el Salvador había hablado con ella hasta aquí. Entonces, Andrés habló y dijo a los hermanos: «Decid lo que os parece acerca de lo que ha dicho. Yo, por mi parte, no creo que el Salvador haya dicho estas cosas. Estas doctrinas son bien extrañas». Pedro respondió hablando de los mismos temas y les interrogó acerca del Salvador: «¿Ha hablado con una mujer sin que lo sepamos, y no manifiestamente, de modo que todos debamos volvernos y escucharla? ¿Es que la ha preferido a nosotros. 18 Entonces Mariam se echó a llorar y dijo a Pedro: «Pedro, hermano mío, ¿qué piensas? ¿Supones acaso que yo he reflexionado estas cosas por mí misma o que miento respecto al Salvador?
Entonces Leví habló y dijo a Pedro: «Pedro, siempre fuiste impulsivo. Ahora te veo ejercitándote contra una mujer como si fuera un adversario. Sin embargo, si el Salvador la hizo digna, ¿quién eres tú para rechazarla? Bien cierto es que el Salvador la conoce perfectamente; por esto la amó más que a nosotros. Más bien, pues, avergoncémonos y revistámonos del hombre perfecto, partamos tal como nos lo ordenó y prediquemos el evangelio, sin establecer otro precepto ni otra ley fuera de lo que dijo el Salvador».
Luego que 19 [Leví hubo dicho estas palabras], se pusieron en camino para anunciar y predicar.
El evangelio según Mariam.

Fuente: Textos Gnósticos - Biblioteca Nag Hammadi II, por Antonio Piñero. Editorial Trotta

lunes, 1 de marzo de 2010

EL ELEFANTE BLANCO


Cuenta una antigua fábula hindú, que habían tres hombres muy sabios, buscadores del “Sagrado Elefante Blanco”, el cual no era simplemente un mito para ellos, sino un verdadero ejemplar viviente de la más elevada Divinidad, pues Él representaba la “VERDAD MÁS EXALTADA”. Eran tres insaciables peregrinos, embarcados en la más noble exploración de los Misterios Universales. Tres ancianos, venerables, inquietos como los niños, y con una mente capaz de abarcar lo inesperado, lo nuevo, lo trascendental. Los tres tenían una peculiaridad física y es que eran ciegos de nacimiento, pero para ellos eso no era ningún obstáculo que les impidiese continuar su búsqueda sagrada, ya que como es sabido, son los ojos muchas veces los que nublan y ciegan la realidad. – Porque para los ojos físicos todo son apariencias, pero para el sabio que reconoce esto, mira con los ojos de alma, con los ojos de la intuición. Cuando así se mira las apariencias se desvanecen y la esencia queda desnuda, nada queda oculto a los ojos del Alma.
Tras buscar por varias ciudades, exhaustos llegaron a un poblado sencillo donde un anciano lugareño, amablemente, les indicó dónde, según decían los antiguos sabios del poblado, podían encontrarlo. Estaban ya, ciertamente, muy cerca, y con decisión y firmeza, henchidos de alegría se introdujeron en el interior de la selva. Anduvieron durante toda la mañana y como eran ciegos agudizaron al máximo sus otros sentidos. Cayo la tarde y los tres estaban exhaustos, pero seguían buscando con entusiasmo, entusiasmo digno de los verdaderos buscadores, y ¡por fin!, los tres oyeron y hasta olieron la inmanente presencia del Grande y “Sagrado Elefante Blanco”. Profundamente emocionados, y como si de un relámpago se tratase los tres ancianos salieron corriendo a Su místico encuentro, ¡hasta los árboles se apartaban por compasión al verlos venir!. Había llegado el momento, el mágico encuentro entre lo buscado y el buscador, entre lo profundamente invocado y la respuesta de una evocación divina, a la altura del tesón y la perseverancia mantenida durante años, incluso vidas... Uno de los ancianos se agarró fuertemente a la trompa del elefante cayendo de inmediato en profundo éxtasis, otro con los brazos completamente abiertos se abrazo con poderosísima fuerza a una de las patas del paquidermo y, el tercero se aferró amorosamente a una de Sus grandes orejas, ya que el elefante sagrado estaba placidamente tumbado sobre unas hojas.
Cada uno de ellos experimento, sin lugar a dudas, un sin fin de emociones, de experiencias, de sensaciones, tanto internas como externas, y cuando ya se habían colmado por la bendición del Sagrado Elefante, se marcharon, eso sí profundamente transformados. Regresaron a la aldea y en una de las chozas los tres en la intimidad relataron y compartieron sus experiencias. Pero algo extraño empezó a ocurrir, empezaron a elevar sus voces y hasta a discutir sobre la “Verdad”. El que experimento la trompa del elefante dijo: la Verdad (que era la representación del Sagrado Elefante Blanco) es larga, rugosa y flexible; el ciego anciano que experimento con la pata del elefante dijo: eso no es la verdad, la “Verdad” es dura, mediana, como un grueso tronco de árbol; el tercer anciano que experimento la oreja del paquidermo, indignado por tantas blasfemias dijo: la “Verdad” es fina, amplia y se mueve con el viento. Los tres, aunque sabios y hermosas personas, no se entendían, no se comprendían y decidieron marcharse cada uno por su lado.
Cada uno por su camino, viajaron por muchos países, haciendo de su capa un sayo, y difundiendo su verdad. Crearon tres grandes religiones y fue rápida su expansión. Esto fue posible porque tocaron la “VERDAD” y la predicaron honestamente por todo el mundo desde el corazón. Los tres buscadores, habían llegado a encontrar la Divinidad, pero no percibieron su amplitud, sino que se limitaron a experimentar una parte, no el Todo, por lo tanto, aunque sinceros en su búsqueda y en su servicio, herraron en su propia limitación mental.